Recuerdo intentar tocar desde pequeño la guitarra de mi padre, tumbándola sobre mis rodillas, ya que era la única forma de poder llegar a las cuerdas con mi mano derecha. Alucinaba...¿por qué él le sonaba tan bien y a mi tan mal? Pues porque sólo rasgaba las cuerdas con la mano derecha, lo que hacen todos los niños cuando son pequeños.
A los 15 años me regalaron mi guitarra española, una Admira Paloma que aún utilizo. Aprendí a tocar con uno de esos libros, en los que uno aprende los acordes tocando "La Bamba" y "La Cucaracha". Después, escuchaba una y otra vez las canciones que me gustaban hasta que las sacaba. Y luego cantar mientras tocaba, recuerdo lo difícil que me resultaba las primeras veces..
Un tiempo después me regalaron la guitarra eléctrica, una Squier Estratocaster, y un ampli.
Y años después la electroacústica, una Greg Bennett. En aquellos años, sobretodo disfrutaba tocando rock. Sobretodo tocando canciones de Tool.
Un día, conocí a un chico mexicano, Israel. Él era un músico increible. Nos pusimos a tocar, y se me abrió un mundo. Fue un momento importante para mí. Hay un antes y un después de este momento, porque desde entonces, comencé a crear en lugar de sólo interpretar. Experimentaba creando canciones que eran como vidas. Comenzaban lentamente, desde la calma, intentando que la transición entre el silencio y el sonido (si es que puede existir), fuese lo más progresiva posible, avanzando poco a poco, en un crescendo firme hacia una explosión, donde esa vida terminaba. Una canción que escuchaba diariamente era "Ocean" de John Butler.
Tiempo después, participé con mi amigo Jose Angel, en varios conciertos, tocando juntos sus canciones de cantautor. Eso nos llevó a grabar un disco juntos, con Ju a la flauta, y Guille tocando las tablas, y más tarde, a presentarlo en el Castillo de Ponferrada, en el ciclo Corteza de Encina, ante unas doscientas personas. En aquel concierto toqué por primera vez un tema propio, "Canción de amor a nuestro bebé". Es una canción para Abril, que aún estaba en la barriguita de su mamá.
En ese momento, escuchaba más música acústica. Un músico que me impresionó, fue John Frusciante. Su disco "Curtains", me caló hasta la médula. Sus melodías, tan simples y tan originales, y sus juegos de voz, fueron y siguen siendo una de mis principales influencias. Fue en esa época cuando me decidí a grabar algunos temas, y juntarlos en "The Highest Frontier". Lo que utilicé para grabar esta música, fue un viejo portátil con Ubuntu, y un micro de 7 €.
Poco después nació Abril, y brotaron de mí nuevas melodías, inspiradas por su aparición en la escena de mi vida, que junté en el disco "No hay primavera sin Abril". Para este disco, utilicé el mismo portátil y el mismo micro, excepto para los temas "Dentro de ti" y "Ardalén Sur", en los que pude utilizar un micro decente al fin, y una tarjeta de sonido, que son los que sigo utilizando ahora. El sonido seguía siendo eléctrico, pero no tanto. Fue en esta época cuando escuché por primera vez Mumford & Sons.
Y fuí descubriendo artistas como The tallest man on earth, José Gonzalez (redescubriendo en este caso), Noah Gundersen, Bon Iver, Ben Howard...que me van llevando hacia la idea que tengo ahora en mente, que es hacer canciones para guitarra y voz, pero llenando todo el espectro, con la frescura y la fuerza de la música en directo. La idea de hacer que algo sea grande sin amontonar cosas, o dicho de otro modo, de aceptar y disfrutar de la belleza de las cosas sencillas. Donde lo sencillo se vuelve complejo.
Y siento que termino donde empieza en blog, tocando la guitarra en lugares abandonados, y bajo alcornoques centenarios. Espero que os guste esta historia, y esta música.
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